Nadie sabe bien de dónde salió Johnny.

Unos dicen que nació en Atlantic City. Otros, que en una pizzería clandestina de Brooklyn. Lo que sí es cierto… es que donde hay fuego, masa y hambre, aparece Johnny Pizzero.

Se crió entre hornos oxidados, ollas hirviendo y calle. Aprendió el arte del sabor en la práctica: quemándose las manos, fallando fermentaciones y reinventando recetas con lo que tuviera a mano. Pero nunca transó una cosa: el respeto por la pizza bien hecha.

Johnny no usa recetas copiadas. Hace pizza como si fuera una declaración de principios. De esas que te callan la boca al primer mordisco.

Hoy, Johnny vive en cada pizza que hacemos.

Johnny Pizzero no nació... fermentó.

Y si tú también vives con hambre de algo mejor…

Bienvenido a la familia.